Sífilis
Descripción general
La sífilis es una infección causada por bacterias. La mayoría de las veces, se transmite por contacto sexual. La enfermedad comienza a hacerse presente con una llaga en los genitales, el recto o la boca, que no suele generar dolor. La sífilis se transmite de persona a persona a través del contacto directo con estas llagas. También se puede transmitir a un bebé durante el embarazo o el parto, y en ocasiones también por la lactancia.
Luego de la infección, la bacteria de la sífilis puede permanecer en el cuerpo durante muchos años sin presentar síntomas. Sin embargo, puede reactivarse. Sin un tratamiento, la sífilis puede generar daños en el corazón, el cerebro y otros órganos. Puede volverse mortal.
La sífilis temprana se puede curar, algunas veces con una sola inyección de un antibiótico llamado penicilina. Por eso, es fundamental hacerse controles de salud tan pronto como se detecte cualquier síntoma de esta enfermedad. Todas las personas embarazadas deben hacerse pruebas de detección de sífilis en el primer control prenatal.
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Síntomas
Sífilis primaria
Sífilis primaria
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La sífilis se desarrolla en etapas. Los síntomas pueden variar en cada una de ellas, aunque también es posible que las etapas se superpongan y los síntomas no siempre aparezcan en el mismo orden. Se puede estar infectado de la bacteria de la sífilis sin notar ningún síntoma durante años.
Sífilis primaria
El primer síntoma de la sífilis es una pequeña llaga, llamada chancro. Por lo general, no es dolorosa. Aparece en el lugar por donde la bacteria entró al cuerpo. La mayoría de las personas con sífilis desarrollan solamente un chancro. Sin embargo, algunas personas tienen más de uno.
Por lo general, el chancro se forma, aproximadamente, a las tres semanas de haber estado en contacto con la bacteria de la sífilis. Muchas personas que tienen sífilis no lo notan. Esto se debe a que muchas veces es indoloro. También puede estar escondido en la vagina o en el recto. El chancro sanará por sí solo en un plazo de 3 a 6 semanas.
Sífilis secundaria
Cuando sane el primer chancro, o unas semanas después de que sane, es posible que tengas un sarpullido.
Estas son las características del sarpullido provocado por la sífilis:
La mayoría de las veces no pica.
Puede tener una apariencia áspera, rojiza o amarronada.
Es probable que sea tan sutil que casi no se lo puede ver.
A menudo, comienza en la zona del tronco. Es decir, el pecho, el área del estómago, la pelvis y la espalda. Con el tiempo, también puede aparecer en las extremidades, las palmas de las manos y las plantas de los pies.
Junto con el sarpullido, pueden aparecer otros síntomas:
Llagas verrugosas en la boca o la zona de los genitales
Caída del pelo
Dolores musculares
Fiebre
Dolor de garganta
Cansancio, también conocido como fatiga
Pérdida de peso
Inflamación de los ganglios linfáticos
Los síntomas de la sífilis secundaria pueden desaparecer solos. Sin embargo, sin un tratamiento, podrían volver y continuar durante meses o años.
Sífilis latente
Si no recibes tratamiento para la sífilis, la enfermedad pasa de la etapa secundaria a la etapa latente. A esta también se la conoce como etapa oculta porque no tienes síntomas. La etapa latente puede durar años. Es posible que los síntomas no vuelvan a aparecer nunca más. No obstante, sin un tratamiento, la enfermedad podría derivar en problemas de salud importantes (complicaciones).
Sífilis terciaria
Después de la etapa latente, cerca del 30 % o 40 % de las personas con sífilis que no reciben tratamiento sufren complicaciones. Esta fase se conoce como sífilis terciaria. También se la llama sífilis tardía.
La enfermedad puede provocar daños en las siguientes zonas:
Cerebro
Nervios
Ojos
Corazón
Vasos sanguíneos
Hígado
Huesos y articulaciones
Estos problemas pueden ocurrir muchos años después de la infección original no tratada.
Contagio de la sífilis
Si no se recibe tratamiento para la sífilis en cualquier etapa, esta enfermedad puede afectar el cerebro, la médula espinal, los ojos y otras partes del cuerpo. Esto puede causar problemas de salud que ponen en riesgo la vida.
Sífilis congénita
Las mujeres embarazadas que tienen sífilis pueden transmitirles la enfermedad a sus bebés. Los bebés se pueden contagiar antes de nacer a través del órgano que proporciona los nutrientes y el oxígeno en el útero, que se denomina placenta. Las infecciones también pueden ocurrir durante el parto.
Los bebés recién nacidos con sífilis congénita no suelen presentar síntomas, pero si no reciben tratamiento de inmediato, algunos podrían desarrollar los siguientes síntomas:
Llagas y erupciones en la piel
Fiebre
Un tipo de descoloración en la piel y los ojos (ictericia)
Niveles bajos de glóbulos rojos (anemia)
Inflamación del bazo y del hígado
Estornudos o congestión y secreción nasal (rinitis)
Cambios en los huesos
Los síntomas que aparecen más tarde pueden ser: sordera, problemas dentales y nariz en silla de montar, una afección en la que el tabique de la nariz colapsa.
Los bebés con sífilis pueden nacer de manera prematura. También pueden fallecer en el útero antes de nacer o podrían fallecer después de nacer.
Cuándo consultar al médico
Llama a un miembro de tu equipo de atención médica si tú o tu hijo tienen síntomas de sífilis. Esto puede incluir una secreción inusual e irritación o sarpullido, especialmente en la zona de la ingle.
También debes hacerte la prueba de detección de sífilis en los siguientes casos:
Si has tenido contacto sexual con alguien que podría tener la enfermedad.
Si tienes otra enfermedad de trasmisión sexual, como el VIH.
Estás embarazada.
Si tienes relaciones sexuales frecuentes con más de una pareja.
Si tienes relaciones sexuales sin protección, es decir, sin usar preservativo.