Israel asegura haber matado a un alto comandante de Radwan, cuerpo de élite de Hizbulá

El Ejército israelí aseguró este domingo haber matado a un importante comandante de Radwan, el cuerpo de élite de Hizbulá, Ismail Al Zin, que dirigía la unidad de misiles antitanque y fue responsable de “decenas de ataques contra civiles, comunidades y fuerzas de seguridad israelíes”.

“Un avión de combate atacó un vehículo en la zona de Kounine, en el Líbano, en la que se encontraba Ismail Al Zin, una importante fuente de conocimiento sobre misiles antitanques”, indicó un comunicado castrense.

Hizbulá confirmó la muerte del comandante Al Zin, así como siete ataques hacia Israel, con cohetes, misiles, artillería y drones, incluido uno misiles Burkan hacia Malkia, en el que resultó herido leve un soldado israelí.

El Ejército también aseguró haber identificado “numerosos cohetes” desde el sur de Líbano a las Granjas de Cheeba y a Arab al Aramshe, en el norte de Israel -entre los ataques reivindicados por los chiíes- aunque la mayoría fueron interceptados por el sistema de defensa aérea.

En respuesta, la aviación israelí atacó varios complejos militares de Hizbulá “donde operaban terroristas” en las zonas de Meiss el Jabal y Blida, en el sur del Líbano, así como puestos de lanzamiento en Markaba y un puesto de observación en el área de Kfarkel.

Horas antes, un soldado israelí resultó levemente herido en un ataque con misiles de Hizbulá hacia la comunidades de Margaliot y Malkia, en el norte de Israel, confirmó el Ejército israelí, que respondió con bombardeos a los orígenes de los lanzamientos además de “infraestructura terrorista” en Khiam y Rab El Thalathine.

Las hostilidades en la divisoria comenzaron el 8 de octubre, al día siguiente de que estallara la guerra en la Franja de Gaza, en solidaridad de Hizbulá con las milicias islamistas palestinas del enclave, aunque el cruce del fuego se ha intensificado mucho en las últimas semanas, lo que hace temer una guerra abierta entre las partes.

La frontera entre Israel y Líbano vive su mayor pico de tensión desde 2006 con un intenso intercambio de fuego durante más de cinco meses que se ha cobrado la vida de al menos 370 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hizbulá, que ha confirmado 249 bajas de milicianos, algunas en Siria.

En Israel han muerto 18 personas en el norte (10 militares y 8 civiles), mientras que al otro lado de la frontera han fallecido al menos 352 personas, entre ellos 43 integrantes de otras milicias, un soldado libanés y 59 civiles, incluidos diez menores y tres periodistas, además de los combatientes de Hizbulá.

 

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