Historia de la noche buena.
Las flores de nochebuena se cultivaban en jardines botánicos prehispánicos; se ha documentado que a Moctezuma le enviaban plantas de zonas bajas, de Morelos o Guerrero. Los mexicas extraían los pigmentos rojos de las brácteas para teñir textiles y el látex se utilizaba como medicina para curar fiebres.