*Hay paquita no llores

Francisca Viveros Barradas, (a) “Paquita la del Barrio”, ahora aspirante de Movimiento Ciudadano quiere ser diputada local por el distrito número 8, en este proceso electoral que finalizará este domingo 6 de junio, reconociendo públicamente que ella no sabe que va hacer en el congreso, pero que irá aprendiendo poco a poco.

La señora se ha pasado estos días cantando y llorando en cada uno de los lugares donde se para, dejando muy claro que no tiene nada que ofrecer como candidata, por lo que su derrota está más que anunciada.

Ahora le corresponde a los candidatos de Movimiento Ciudadano de llamarla a sus eventos para ganar gente, para que ella se dedique a cantar y llorar, por que sus discursos están muy escasos de propuestas en beneficio de agricultores, ganaderos y empresarios de cada uno de los municipios del distrito 8.

Francisca tiene 74 años de edad, es originaria del municipio de Alto Lucero, lugar donde pocos dicen deberle algo, y por el contrario, señalan que no la conocen personalmente, y que solo la identifican por su vida artística que inicio en los años setenta con su hermana Viola, con la que formó un dueto.

Los aspirantes a las presidencias municipales por Movimiento Ciudadano se han aprovechado de “paca” a tal grado que ya fue llevada a municipios donde no es su distrito, como por ejemplo, Martínez de la Torre, donde su fama artística, y no política sirvió para llenar un escenario que estaba destinado al fracaso.

Algún imberbe creyó que la fama de Paquita serviría para ganar el distrito, o fue muy inteligente para aprovecharse de ella para llevarla como “bufón” a los eventos políticos de los candidatos a alcaldes, los cuales ya están pidiendo a gritos que la señora los acompañe en sus giras de trabajo, pero no para que la den a conocer, sino para que se ponga a cantar y llorar.

Como mujer doña Francisca Viveros merece todo nuestro respeto, como artista es la grande, pero como política, deja mucho que desear, por lo que sería conveniente que las personas que la rodean la alejen de este escenario lleno de lodo y putrefacción, o solo que haya de por medio un buen billete como pago por sus servicios artísticos.